Estás ahí, en la puerta de un sueño imposible

Estás ahí, en la puerta de un sueño imposible.
Un nombre solamente te nombra y te conoce
y por la noche lo pronuncio
con la triste ilusión de hacerte carne
entre mis brazos.
No imaginas que hoy te hablé
para romper al fin
el secreto de mis ganas.
Apenas si sabes mi nombre.
Apenas si sabes mi rostro o mis manos
y aún así no puedo quitarte de ellas.
Mañana me leerás sin sospechar
que debajo de estas líneas está tu nombre
escondido.
Pero hoy que al fin tuve el coraje
de romper el silencio,
puedo nombrarte
con una mínima esperanza
de tener, alguna vez,
la bella noticia de mi nombre
en tu boca una mañana.