La memoria perdida.
La esencia misma difuminada
en la confusión del olvido.
Momentos amontonados en la noche
negra sin recuerdos.
Tu imagen borrándose de mis ojos
como tranquilo manantial que fluye
hacia ese otro mar eterno
que es el pasado.
Mi heroísmo es, hoy,
mantener tu nombre por un solo instante
antes que, finalmente,
se borre de mis labios
y se pierda para siempre.
El olvido es ese otro río
El olvido es ese otro río
que fluye
con mansas aguas
a ese otro mar
que es el pasado.
El tiempo,
ese borrador de la historia,
está hecho de agua
que fluye hacia el olvido.
Los recuerdos que hemos falseado
son las diferentes muertes
de un único presente pasado.
Ya la historia,
que sobrevive inventada en
nuestra memoria,
no nos pertenece.
Ya somos otros,
tu, yo,
y nosotros.
que fluye
con mansas aguas
a ese otro mar
que es el pasado.
El tiempo,
ese borrador de la historia,
está hecho de agua
que fluye hacia el olvido.
Los recuerdos que hemos falseado
son las diferentes muertes
de un único presente pasado.
Ya la historia,
que sobrevive inventada en
nuestra memoria,
no nos pertenece.
Ya somos otros,
tu, yo,
y nosotros.
Llevo en la sangre la sombra de una muerte
Llevo en la sangre la sombra de una muerte
negra y de lenta agonía contra la que toda lucha
es vana resistencia.
¡Alimentas mis alimañas con tu irreverencia!
Poeta alucinando el tiempo y los laberintos,
los cadáveres de mitológicas criaturas
que la humanidad ha olvidado.
Estoy sentado, figurado en el reposo
sin rimar el movimiento necesario
y urgente.
Tus ultimas palabras, las aladas,
se han quedado y duermen en mi regazo
como un animal de porcelana.
Decidida estás, a tu ausencia.
Tú, siempre, histérica y sensual,
de pie ante mi cadáver.
¿Me has dado todo o acaso todo era mio?
Hay veces que te dejas tocar sin ganas.
Y me creo el hombre de tus versos, ese es tu juego,
darme la confianza para destruirme
cuando me esté dilapidando en tu vientre
sin crear hijos.
Eres tú, la que me rompe cada vez que me tocas,
la que escapa luego de la primera caricia
para dejarme el ánimo navegando entre rocas
afiladas. Mis naufragios
son tuyos. Y mios.
A veces, me dejas amarte y corres
a contar mi insuficiencia a los extraños.
Fuera, la tarde no es otoño ni primavera
ni invierno ni nada. No hay campanas, ni praderas, ni pastores, ni rebaños.
Fuera es tu figura, la que nunca llega, o que solo viene a lastimarme
como una enamorada enojada y resentida por la desconfianza.
¿Acaso has visto fracasos más fieles que el mio?
Yo, enamorado.
Soy tu juego. El último hombre al que vas a tocar
una noche, cuando ya nadie te bese.
Más puta que cualquier hembra te amo y vivo y desvivo
entre tus piernas herméticas.
Juegas a no dejarme vivir.
Y siempre ganas.
(Arte Poética)
negra y de lenta agonía contra la que toda lucha
es vana resistencia.
¡Alimentas mis alimañas con tu irreverencia!
Poeta alucinando el tiempo y los laberintos,
los cadáveres de mitológicas criaturas
que la humanidad ha olvidado.
Estoy sentado, figurado en el reposo
sin rimar el movimiento necesario
y urgente.
Tus ultimas palabras, las aladas,
se han quedado y duermen en mi regazo
como un animal de porcelana.
Decidida estás, a tu ausencia.
Tú, siempre, histérica y sensual,
de pie ante mi cadáver.
¿Me has dado todo o acaso todo era mio?
Hay veces que te dejas tocar sin ganas.
Y me creo el hombre de tus versos, ese es tu juego,
darme la confianza para destruirme
cuando me esté dilapidando en tu vientre
sin crear hijos.
Eres tú, la que me rompe cada vez que me tocas,
la que escapa luego de la primera caricia
para dejarme el ánimo navegando entre rocas
afiladas. Mis naufragios
son tuyos. Y mios.
A veces, me dejas amarte y corres
a contar mi insuficiencia a los extraños.
Fuera, la tarde no es otoño ni primavera
ni invierno ni nada. No hay campanas, ni praderas, ni pastores, ni rebaños.
Fuera es tu figura, la que nunca llega, o que solo viene a lastimarme
como una enamorada enojada y resentida por la desconfianza.
¿Acaso has visto fracasos más fieles que el mio?
Yo, enamorado.
Soy tu juego. El último hombre al que vas a tocar
una noche, cuando ya nadie te bese.
Más puta que cualquier hembra te amo y vivo y desvivo
entre tus piernas herméticas.
Juegas a no dejarme vivir.
Y siempre ganas.
(Arte Poética)
Le lastimo al mundo su facticidad
Le lastimo al mundo su facticidad
con un irrefutable pensamiento que te nombra.
Le saco punta al lápiz para afilarme los versos
y herir el orgullo exagerado de una realidad física
que no deja de resultarme graciosa y escasa.
Le marco de tres tajos la mejilla a la distancia
y, cuando sangra, le duele el orgullo,
excitado y como fiera ofendida me devuelve el golpe
con la cruel realidad de no tenerte.
Arden un poco algunas líneas rojas en el antebrazo
y en el rostro burlonamente defendido,
pero le sigo dando pie a este duelo vano
que terminará un día cercano cuando te alcance
finalmente, con mis propias manos.
Ya hace mucho hemos vencido a la distancia.
Mientras, le sigo fingiendo al espacio este juego
de intentar separarnos. A veces duele
algún puntazo, de tarde en tarde, pero de noche
le hago trampas a esta realidad
cerrando los ojos y soñando contigo y con tu piel futura.
con un irrefutable pensamiento que te nombra.
Le saco punta al lápiz para afilarme los versos
y herir el orgullo exagerado de una realidad física
que no deja de resultarme graciosa y escasa.
Le marco de tres tajos la mejilla a la distancia
y, cuando sangra, le duele el orgullo,
excitado y como fiera ofendida me devuelve el golpe
con la cruel realidad de no tenerte.
Arden un poco algunas líneas rojas en el antebrazo
y en el rostro burlonamente defendido,
pero le sigo dando pie a este duelo vano
que terminará un día cercano cuando te alcance
finalmente, con mis propias manos.
Ya hace mucho hemos vencido a la distancia.
Mientras, le sigo fingiendo al espacio este juego
de intentar separarnos. A veces duele
algún puntazo, de tarde en tarde, pero de noche
le hago trampas a esta realidad
cerrando los ojos y soñando contigo y con tu piel futura.
A imagen y semejanza de la sombra y de la nada
A imagen y semejanza de la sombra y de la nada.
Millones de individuos únicos e irrepetibles
jugando a ser la viva imagen de su Dios.
Acaso todos, y cada uno, lo sea.
Acaso ninguno lo sea ya y la evolución sea el pecado,
el éxodo obligado del Edén.
He sospechado alguna vez que el Dios de los cristianos
ha sido un mono bípedo que no evolucionó. .
Acaso seamos apenas el resto desdibujado de algún
animal prehistórico y carnívoro
más que de un ser capaz de la inteligencia y el arte.
La Belleza, sin dudas, no es un atributo divino.
Es más la guerra, la ira violenta y el hambre los rasgos de Dios.
El Dios de Abraham, de Jacob, y de Moisés,
el mismo que enseñó la guerra y el saqueo al pueblo hebreo,
no era un Dios de la belleza sino un fuego redundante
en las arenas del desierto.
A su imagen y semejanza se ha creado su mundo:
un fuego abrazador en un desierto sin agua.
Dios es el Obsoleto, la repetida
exageración de lo que ya sobraba.
Dios, el hambre y la sed en el desierto.
Millones de individuos únicos e irrepetibles
jugando a ser la viva imagen de su Dios.
Acaso todos, y cada uno, lo sea.
Acaso ninguno lo sea ya y la evolución sea el pecado,
el éxodo obligado del Edén.
He sospechado alguna vez que el Dios de los cristianos
ha sido un mono bípedo que no evolucionó. .
Acaso seamos apenas el resto desdibujado de algún
animal prehistórico y carnívoro
más que de un ser capaz de la inteligencia y el arte.
La Belleza, sin dudas, no es un atributo divino.
Es más la guerra, la ira violenta y el hambre los rasgos de Dios.
El Dios de Abraham, de Jacob, y de Moisés,
el mismo que enseñó la guerra y el saqueo al pueblo hebreo,
no era un Dios de la belleza sino un fuego redundante
en las arenas del desierto.
A su imagen y semejanza se ha creado su mundo:
un fuego abrazador en un desierto sin agua.
Dios es el Obsoleto, la repetida
exageración de lo que ya sobraba.
Dios, el hambre y la sed en el desierto.
Cuida el recuerdo de lo que fuimos no sea
Cuida el recuerdo de lo que fuimos no sea
que una tarde cualquiera en otra cama y otros brazos
te olvides que alguna vez tus ojos brillaron al verme.
Cuida tu memoria lo más que puedas
para que no se mueran los monumentos
erigidos a nuestros nombres enlazados.
Procura no olvidar que fuiste feliz en esta vida.
Procura no conformarte con besos que te traigan recuerdos
de otros mejores. Ni abrazos que apenas te sepan a sombras.
Tú, que decidiste una tarde que ya no alcanzaba
con lo que antes sobraba para hacerte sonreír,
procura no olvidar que alguna vez fuiste tú
quien buscó estos labios con ansiedad y entusiasmo.
que una tarde cualquiera en otra cama y otros brazos
te olvides que alguna vez tus ojos brillaron al verme.
Cuida tu memoria lo más que puedas
para que no se mueran los monumentos
erigidos a nuestros nombres enlazados.
Procura no olvidar que fuiste feliz en esta vida.
Procura no conformarte con besos que te traigan recuerdos
de otros mejores. Ni abrazos que apenas te sepan a sombras.
Tú, que decidiste una tarde que ya no alcanzaba
con lo que antes sobraba para hacerte sonreír,
procura no olvidar que alguna vez fuiste tú
quien buscó estos labios con ansiedad y entusiasmo.
De tu mano a mi mano un mundo
De tu mano a mi mano un mundo
se despereza en esta fría mañana
sin que pueda alcanzarte
mi brazo estirado y soñoliento.
Quisiera abrir los ojos y verte
como cuando te sueño.
Ser algo más que esta irrealidad
forzada de caricias soñadas,
crueles e inciertas como el imposible anhelo
de estar en un futuro
despertando contigo.
se despereza en esta fría mañana
sin que pueda alcanzarte
mi brazo estirado y soñoliento.
Quisiera abrir los ojos y verte
como cuando te sueño.
Ser algo más que esta irrealidad
forzada de caricias soñadas,
crueles e inciertas como el imposible anhelo
de estar en un futuro
despertando contigo.
¡Qué hermosa la pena del poeta...
¡Qué hermosa la pena del poeta
cuando se hace poema!
Se enciende en los labios el verso
con solo leerlo
y se le olvida a uno
que en todo este mundo
no tiene el abrazo
que tanto se anhela.
¡Quién pudiera ser poeta
y hacer de esta tristeza
un bello poema!
cuando se hace poema!
Se enciende en los labios el verso
con solo leerlo
y se le olvida a uno
que en todo este mundo
no tiene el abrazo
que tanto se anhela.
¡Quién pudiera ser poeta
y hacer de esta tristeza
un bello poema!
Te quiero, solo eso.
Te quiero, solo eso.
Lo demás me es extraño
como el hielo de las calles
esta mañana que despertamos abrazados.
Te quiero, así de simple.
Así desnuda en una mañana fría
que poco nos importa.
Te quiero, así abrazados,
así gastados.
Te quiero, y ya te extraño
antes de levantarnos
y ponernos los disfraces
de personas
que trabajan y viven
entre personas.
Te quiero porque quiero.
Con este beso cálido
que pronto olvidarán las bocas
cuando choquen de frente
con la helada mañana.
Lo demás me es extraño
como el hielo de las calles
esta mañana que despertamos abrazados.
Te quiero, así de simple.
Así desnuda en una mañana fría
que poco nos importa.
Te quiero, así abrazados,
así gastados.
Te quiero, y ya te extraño
antes de levantarnos
y ponernos los disfraces
de personas
que trabajan y viven
entre personas.
Te quiero porque quiero.
Con este beso cálido
que pronto olvidarán las bocas
cuando choquen de frente
con la helada mañana.
Tengo herida la muerte
Tengo herida la muerte,
de cuatro heridas,
Algunas son tuyas,
otras son mías.
Tengo un pájaro herido,
las alas rotas.
La esperanza duele
¡siendo tan poca!.
Tengo versos tan tristes
que no tienen rima,
de tu ausencia o la mía,
no lo sabría.
Tengo herida la vida,
de cuatro heridas.
Algunas son tuyas,
otras son mías.
de cuatro heridas,
Algunas son tuyas,
otras son mías.
Tengo un pájaro herido,
las alas rotas.
La esperanza duele
¡siendo tan poca!.
Tengo versos tan tristes
que no tienen rima,
de tu ausencia o la mía,
no lo sabría.
Tengo herida la vida,
de cuatro heridas.
Algunas son tuyas,
otras son mías.
Existe un libro con un único poema infinito.
Existe un libro con un único poema infinito. Cada verso narra un beso y en la suma total de ellos están escritos todos los besos. El Poema está compuesto en estrofas que hablan de dos únicas personas. Sin embargo, es éste el único libro de la Biblioteca del Destino que admite una lectura desordenada, y así muchos han leído dos o más de las estrofas propias a un mismo tiempo.
No hay dos estrofas que contengan la misma cantidad de versos. Conocemos el momento exacto en que empezamos a contar las sílabas de los versos que nos han sido destinados. Pero no el momento en que se gastan los versos que se nos dieron.
No hay dos estrofas que contengan la misma cantidad de versos. Conocemos el momento exacto en que empezamos a contar las sílabas de los versos que nos han sido destinados. Pero no el momento en que se gastan los versos que se nos dieron.
Final para un monólogo
Debe ser difícil no saber doblarse con el viento.
Que la brisa más leve te quiebre.
Que no te alcance la vista para ver el mundo.
Querer tener siempre la razón y no entender
que ahí, justamente en la razón, se te acaba el camino.
Me gusta equivocarme porque así puedo corregirme.
Si te doy la razón te obligo a sentarte sobre ella
y allí donde crees que duerme tu gloria
yace muerto tu espíritu.
Mi mejor defensa será convencerte
de lo perfecto de tus argumentos.
Empecé jugando para reírme y terminé
riendo de tu pequeño mundo.
Corro a esconderme para que tú me busques,
y tú me buscas, pobre hombrecito,
¿no ves que cuando me encuentres se termina el juego?
Que la brisa más leve te quiebre.
Que no te alcance la vista para ver el mundo.
Querer tener siempre la razón y no entender
que ahí, justamente en la razón, se te acaba el camino.
Me gusta equivocarme porque así puedo corregirme.
Si te doy la razón te obligo a sentarte sobre ella
y allí donde crees que duerme tu gloria
yace muerto tu espíritu.
Mi mejor defensa será convencerte
de lo perfecto de tus argumentos.
Empecé jugando para reírme y terminé
riendo de tu pequeño mundo.
Corro a esconderme para que tú me busques,
y tú me buscas, pobre hombrecito,
¿no ves que cuando me encuentres se termina el juego?
Tú y yo (Suiseki)
Tú y yo,
medio beso
cada uno.
***
Tú eres,
a mi me haces.
***
Tú,
mi argumento.
***
Tú me curas
de lo que me enfermas.
***
Tú
***
***
Yo,
tú y él.
medio beso
cada uno.
***
Tú, yo
tuyo.
***
a mi me haces.
***
Tú,
mi argumento.
***
Tú me curas
de lo que me enfermas.
***
Tú
con
migo.
***
Tu
mano
sueña mi pecho.
***
Tú,
desnuda.***
Yo,
tú y él.
Tres veces he perdido
Tres veces he perdido las llaves de mi casa,
un par de lentes, una corbata,
una lapicera, regalo de aniversario.
He perdido hasta la sana costumbre de pensarme vivo.
También alguna que otra media se me pierde.
Seguido olvido algún programa, algún concierto.
Cinco cumpleaños seguidos de un buen amigo.
Todos los números de los telefonos.
La dirección de la casa en que vivías cuando te conocí.
De madrugada salgo a comprar los cigarrillos
que a la tarde olvido comprar en el camino.
Seis promesas a un dios que también he olvidado.
Entre las muchas cosas que olvido quisera contar tu nombre.
Y es tan extraña y caprichosa la memoria
que aún recuerdo tu cuerpo,
aún cuando no lo he visto desde mucho antes de irte.
Se me confunden los días de la semana
y casi todo se me olvida
pero tu nombre y tu recuerdo nunca se apagan.
un par de lentes, una corbata,
una lapicera, regalo de aniversario.
He perdido hasta la sana costumbre de pensarme vivo.
También alguna que otra media se me pierde.
Seguido olvido algún programa, algún concierto.
Cinco cumpleaños seguidos de un buen amigo.
Todos los números de los telefonos.
La dirección de la casa en que vivías cuando te conocí.
De madrugada salgo a comprar los cigarrillos
que a la tarde olvido comprar en el camino.
Seis promesas a un dios que también he olvidado.
Entre las muchas cosas que olvido quisera contar tu nombre.
Y es tan extraña y caprichosa la memoria
que aún recuerdo tu cuerpo,
aún cuando no lo he visto desde mucho antes de irte.
Se me confunden los días de la semana
y casi todo se me olvida
pero tu nombre y tu recuerdo nunca se apagan.
Oye el clamor de los cielos que truenan.
Oye el clamor de los cielos que truenan.
Oye esta queja de los que nos han soñado
¡Que terrible pesadilla hemos sido!
Oye esta queja de los que nos han soñado
¡Que terrible pesadilla hemos sido!
No he sido ni seré maestro de nadie,
menos aún de retractores.
Les he dejado mis versos desnutridos
para que puedan ponerme
bajo el peso del madero.
Y sin embargo vienen a acusarme
de lo que me he disfrazado.
Vieron la máscara y no el rostro.
Que no tengo inteligencia, dicen...
Soy el laberinto circular del asterión.
No podrán jamás concebir lo que es vivir
en mis pasillos repetidos,
recorriéndolos infatigablemente
en busca de ese monstruo
que al fin termine este suplicio.
Tengo más de cien poemas que merecen el fuego:
si los queman, me quemo y muero.
No siempre la victoria se les regalará de esta forma.
Un día voy a superar esta lástima
que me hace amarlos
y voy a escribir
los odios más feroces
y el fuego
ya no podrá quemar mis versos.
menos aún de retractores.
Les he dejado mis versos desnutridos
para que puedan ponerme
bajo el peso del madero.
Y sin embargo vienen a acusarme
de lo que me he disfrazado.
Vieron la máscara y no el rostro.
Que no tengo inteligencia, dicen...
Soy el laberinto circular del asterión.
No podrán jamás concebir lo que es vivir
en mis pasillos repetidos,
recorriéndolos infatigablemente
en busca de ese monstruo
que al fin termine este suplicio.
Tengo más de cien poemas que merecen el fuego:
si los queman, me quemo y muero.
No siempre la victoria se les regalará de esta forma.
Un día voy a superar esta lástima
que me hace amarlos
y voy a escribir
los odios más feroces
y el fuego
ya no podrá quemar mis versos.
De tu partida
De tu partida
tengo la fecha
sentida y triste.
Siguió la vida:
yo no he podido
seguirla a ella.
En mi tristeza,
no olvido el día
de tu partida.
tengo la fecha
sentida y triste.
Siguió la vida:
yo no he podido
seguirla a ella.
En mi tristeza,
no olvido el día
de tu partida.
Quiero robarle el tiempo a tus besos
Quiero robarle el tiempo a tus besos,
distraerlos con juegos inocentes
para que aquí se queden hasta la muerte
de todas las muertes.
Quiero asesinarte la marcha hacia la distancia,
que te quedes, por quedarte, aunque
no sea más que el simple olvido de irte.
Quiero encerrarte entre tus propias piernas
para que no camines de vuelta hacia tu casa,
hacia el espacio donde me eres tan ajena.
Quiero atraerte, atraparte, atravesarte de un beso
último y definitivo antes que decidas irte...
y que te quedes.
distraerlos con juegos inocentes
para que aquí se queden hasta la muerte
de todas las muertes.
Quiero asesinarte la marcha hacia la distancia,
que te quedes, por quedarte, aunque
no sea más que el simple olvido de irte.
Quiero encerrarte entre tus propias piernas
para que no camines de vuelta hacia tu casa,
hacia el espacio donde me eres tan ajena.
Quiero atraerte, atraparte, atravesarte de un beso
último y definitivo antes que decidas irte...
y que te quedes.
Estas quieta en el rincón de la habitación
Estas quieta en el rincón de la habitación,
desnuda, refugiada de la luz que lucha
por ponerte algunas sombras
y hacer más cierta la belleza que tu escondes.
No miras más que una ventana
en la pared opuesta y estás triste
como si todo hubiera muerto esta noche.
¡Con cuánta destreza construimos esta soledad!
¡Con cuánta precisión!
Solo una cortina dejándose amar por el viento
parece tener vida en este cuarto
donde velamos los instintos agotados,
desgastados y viciados de reproches y renuncias.
Detrás nuestro, nuestros pasos, volviendo a la muerte.
desnuda, refugiada de la luz que lucha
por ponerte algunas sombras
y hacer más cierta la belleza que tu escondes.
No miras más que una ventana
en la pared opuesta y estás triste
como si todo hubiera muerto esta noche.
¡Con cuánta destreza construimos esta soledad!
¡Con cuánta precisión!
Solo una cortina dejándose amar por el viento
parece tener vida en este cuarto
donde velamos los instintos agotados,
desgastados y viciados de reproches y renuncias.
Detrás nuestro, nuestros pasos, volviendo a la muerte.
Perderme dos segundos
Perderme dos segundos
en el abrazo infinito
de tus piernas.
El paraíso.
en el abrazo infinito
de tus piernas.
El paraíso.
Es tiempo de hacernos pájaros
Es tiempo de hacernos pájaros,
de sortear las cumbres que nos separan
con simples movimientos de los brazos
y quitarnos al fin este beso de la boca.
de sortear las cumbres que nos separan
con simples movimientos de los brazos
y quitarnos al fin este beso de la boca.
Las últimas hojas del otoño han muerto
Las últimas hojas del otoño han muerto.
El invierno es dueño y señor de los cuerpos solitarios.
En medio de la tarde más fría esta lluvia
me trae de lejos las ansias de un cuerpo que extraño
en cada detalle, sin importarle al deseo
la irrealidad de esta imagen que no te corresponde,
porque no has estado nunca entre mis brazos.
Pero sin jamás haber llegado a tocar esa piel
la conozco de haberla soñado tanto y tanto
que anhelo cada sombra de tu cuerpo entre mis besos.
El invierno es dueño y señor de los cuerpos solitarios.
En medio de la tarde más fría esta lluvia
me trae de lejos las ansias de un cuerpo que extraño
en cada detalle, sin importarle al deseo
la irrealidad de esta imagen que no te corresponde,
porque no has estado nunca entre mis brazos.
Pero sin jamás haber llegado a tocar esa piel
la conozco de haberla soñado tanto y tanto
que anhelo cada sombra de tu cuerpo entre mis besos.
Traigo las manos sucias del polvo del mundo
Traigo las manos sucias del polvo del mundo,
la planta de los pies gastadas.
En la ventana que solía apoyarme
unos brazos cansados me esperan
confiados en mis promesas.
Soy, o he sido, un peregrino gris
de larga barba y pelo ralo.
Elegí ser amante del camino y despreciar
los brazos que cobijan en invierno.
Pero este frío es el aliento de dioses ofendidos
y siento en la sangre la urgencia
del calor que tú me ofreces.
la planta de los pies gastadas.
En la ventana que solía apoyarme
unos brazos cansados me esperan
confiados en mis promesas.
Soy, o he sido, un peregrino gris
de larga barba y pelo ralo.
Elegí ser amante del camino y despreciar
los brazos que cobijan en invierno.
Pero este frío es el aliento de dioses ofendidos
y siento en la sangre la urgencia
del calor que tú me ofreces.
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